Un puente dental fijo es una prótesis dental que sustituye uno o más dientes ausentes. Los puentes dentales se anclan o sujetan en los dientes naturales adyacentes. Queda «fijado» en su sitio y no puede ser retirado por el paciente.
También existen los puentes dentales removibles, otro tipo de prótesis dental deberá quitarse cada noche, para lavarlo y que también se sujeta a los dientes adyacentes.
Los puentes dentales son la solución ideal cuando es necesario restaurar uno o más dientes. Aunque, desde nuestra clínica dental, desaconsejamos completamente las prótesis dentales removibles, ya que no son una solución a largo plazo.
¿Por qué no recomendamos los puentes dentales removibles?
Entendemos perfectamente que algunas clínicas ofrezcan los puentes dentales removibles, incluso que algun pacientes lo elijan como una solución, pero desde nuestra clínica dental lo desaconsejamos por completo.
Las prótesis dentales fijas quedan totalmente ancladas a los dientes adyacentes o a un implante dental. Esto impide que la prótesis se mueva y también impide que el paciente se las pueda quitar.
Las prótesis dentales removibles se mueven dentro de la boca y esto es un problema a medio o largo plazo, ya que este tipo de prótesis se anclan a los dientes adyacentes y su movimiento, debilita y erosiona, poco a poco, los dientes a los que queda anclado.
¿Cuándo se necesita un puente dental?
Un puente dental es necesario cuando faltan uno o más dientes y los dientes circundantes no pueden soportar un implante dental o una dentadura postiza removible. Un puente es una prótesis fija que se ancla a los dientes naturales o implantes dentales a ambos lados del hueco y sustituye al diente o dientes que faltan. El puente está hecho de metal o porcelana y se personaliza para que coincida con el color y la forma de los dientes naturales.